sábado, 5 de enero de 2013

Viejos recuerdos de una noche de reyes.

Qué fue de toda esa ilusión antes de acostar, 
de esas carrerillas por los cálidos pasillos,
de esos largos vasos de agua después de cenar, 
qué fue de lo de ver mayores convertidos en niños.

Niños, siempre deberíamos ser,
inocentes con nuestro zapato en la mano.
Niños, nunca debimos crecer,
ilusionados al abrir nuestro regalo.

Eramos tan felices, tan ignorantes, 
pero el árbol siempre estaba lleno,
y las sonrisas de abuelos y padres nunca fueron tan gigantes.

Pero la historia cambio, ya nada volvió a ser lo mismo,
ahora las ojeras en este día no son del optimismo.
Las sonrisas eran fingidas, 
las malas caras no desaparecen en las comidas. 

Todo se volvió mas frió, 
irónicamente la navidad se convirtió en invierno, 
nos contaron las mentiras, 
y no resulto ser nada tierno. 

Hoy los camellos no pasan por mi cama,
los regalos no caben por mi ventana,
pero mantendré la sonrisa intacta por amor a mis hermanas.

Que triste es descubrir el consumismo y materialismo de la navidad, del día de reyes, pero mientras haya una sonrisa en mi casa, la querré celebrar. Ojala fuera un niño ignorante, de pequeño pensaba que los pobres también recibían regalos...

Un loco en la colina
Jose Antonio Morales Manrubia 


No hay comentarios:

Publicar un comentario