jueves, 4 de abril de 2013

In-Necesario

Ya perdí el interés por los restos de salitre que afloran en tu mejilla, fruto de un cúmulo de llantos innecesarios. Porque ni tu pecho sigue siendo mi almohada, ni el mio puede cargar, con esta pena, para algunos innecesaria. Pero esto no es un adiós, porque ¿hasta cuándo es un adiós?, no es un hasta luego, ni siquiera un hasta nunca que no hace justicia con lo que debimos haber sido, así que no es un adiós.
Parece que hicimos un pacto con lo indeterminado, con la nada y con la suerte, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a estar ridiculizando esta situación que ambos vemos necesaria? ¿Hasta dónde? ¿Hasta dónde llegan estas ganas de ti? ¿Hasta cuándo  podrá soportar el camarero del bar de abajo las penas que tú produces? Innecesaria incertidumbre, innecesaria tristeza, innecesario el dolor que ambos sentimos, como innecesario es que tenga que sentarme en mi escritorio para demostrar al resto del mundo que no te necesito cuando es lo que me mantiene vivo en este mundo de cuerdos relojes. 
Y fin, no creo que sea necesario seguir con esto...

Un loco en la colina
J.A.Morales Manrubia

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