lunes, 30 de diciembre de 2013

Justicia

Sigo sin recibir cartas que tengan tu nombre en el remite,
la última fue del juzgado, y de qué se me acusa.
De expresar libremente una posición contraria a la de este sistema,
un sistema que rechaza al ser libre,
que nos priva del amor,
que nos mantiene distanciados,
por mucho que tú me digas que el amor todo lo puede...

Amar, resistir, soñar...
si estos son mis cargos me declaro culpable,
renuncio a un juicio justo y que me aprisione el sistema.
De nada me sirve la libertad de expresión,
si cada vez que quiero hacer uso de ella me roban la libertad de emoción...
Libertad para sentir,
libertad para no ser juzgado por una sociedad infeliz...

Hoy reclamo la libertad,
el mismo día que pase noche en prisión,
esta no tendrá un suelo frío,
ni las paredes serán grises barrotes,
pero no deja de ser una cárcel.

No reconozco la legalidad de este tribunal,
ni acepto el destino al que esta sociedad quiere atarme.
Renuncio a ser partícipe de la desigualdad
o de la opresión de sentimientos.

No me hables de justicia,
ni de palabras imposibles,
creo en ti y en mí,
suficiente para luchar por la utopía.

Que yo quiero vivir en un mundo libre,
y que mi única preocupación sea...
que aún no he recibido una carta tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario