lunes, 3 de marzo de 2014

Puertas.

Canta, grita, rabia, escupe,
tírame el cubata, 
o cambia los muebles de sitio, 
pero si te vas a marchar,
cierra la puerta,
no dejes ventana abierta,
ni hueco entre persiana y persiana,
que haré de ese espacio mi peor hobby.
 Convertiré en vicio cada letra que se te escape,
cada cigarro a medio apagar,
o esas despedidas con aire a final.
Y sé que nadie puede entenderme,
alguna cana al aire,
o tres o cuatro pisotones en cada baile,
pero nadie me entiende,
y es que odié dejar las puertas abiertas,
que ya no es que te engañe a ti,
ahora engaño a otra,
y ésta se encontró con las puertas cerradas. 


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