Cada nota le roba al silencio,
y en cada espacio que dejo vacío,
desde lo profundo e invisible,
lo superficial, y lo que es contingente.
Cuatro versos que he dejado escritos,
lo callado, lo perdido y lo borrado:
un testamento autobiográfico.
En mi muerte no busquéis las palabras,
que en el silencio quedó todo escrito,
y hasta el último aliento,
seguiré firmando con un silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario