martes, 23 de agosto de 2022

Costumbrismo


Acostumbrar al cuerpo 

a la permanente tristeza del olvido,  

a la imborrable permanencia del recuerdo,  

a la contradicción intermitente de lo vivido; 

a los cambios, las pertenencias y las huidas.


Acostumbrarlo a las salidas cobardes 

y a las decisiones valientes. 


Acostumbrar la vida a la muerte, y viceversa; 

a los fracasos, alegrías y sus plumazos, 

que se esparcen como balas en las sienes 

e invocan desiertos permanentes de arena y sal.


Con dolores permanentes,

aguaceros permanentes

y cuerpos imperecederos,

que sobreviven a la muerte

y la llaman por su nombre.


Acostumbrar al amor a la sed, 

a la sequía y las malas cosechas.


Acostumbrar a la ausencia de su ausencia;

acostumbrarla de las obligadas 

y las autoimpuestas, 

también de las devenidas.


Acostumbrarse a la costumbre,

con su dolor, su muerte y su tristeza;

acostumbrarse a la sonrisa

como un reflejo del alma,

también a su ausencia

después de haberla perdido.






viernes, 11 de marzo de 2022

Te quiero

 Te quiero como si la primavera no se agotase

y nuestros recuerdos no estuvieran escritos,

dejando el azar en las sílabas de tu nombre

y mis manos en el jardín que nos prometimos. 


Te quiero para volver despacio

a la noche de aquel último baile, 

cuando tus ojos me leían en braille

y el aire de los dos invadía todo espacio. 


Te quiero por tu compañía que arropa al silencio

y tu sonrisa risueña anclada en la mía,

calándome los huesos en mis manías 

por una despedida que nunca tuvo precio. 


Porque te quiero, me asomo a la ventana, 

porque esperando no se llega tarde

a un corazón en llamas cuando arde 

ni a la caricia de una edad temprana. 


Porque te quiero, te pido que te quedes, 

para resucitar todas las estaciones

y ponerle tu nombre a mis canciones, 

la música que suena cuando me tienes.