Ochenta y tres años después,
te hemos visto volar,
y aún representas la esperanza.
Ochenta y tres años después,
aún no se ha hecho justicia,
y sigues tan hermosa como siempre.
No eres polvo viejo,
eres una de esas dos Españas,
esas que Machado recogió en algún verso.
Ochenta y tres años después,
reconocen tu dignidad,
que a punta de fusil
no lograron arrebatar.
Ochenta y tres años después,
nos sigues haciendo soñar,
cada 14 de abril,
que te hacen ondear.
Ochenta y tres años después,
seguimos pidiendo igualdad,
libertad y solidaridad.
Ochenta y tres años después
nunca es tarde,
para volverte a recordar.
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