No dejes que nadie te diga lo que no puedes hacer

"Que por más que duela, y con dolor, si vuela, no ha de volver"

domingo, 16 de febrero de 2014

Sé ··············································· (Con vídeo)

Sé que no existe el lugar perfecto,
que no hay espacio físico en el que tu cuerpo vista al mio
sin que uno de los dos acabe desnudo.
Sé que no voy a esperar un tiempo que no me sobra,
ni voy a volver a hacer girar este reloj de arena.
Sé que mis mañanas no tendrán un café caliente,
ni con quién compartirlo,
ni con quién compartirme,
cada Lunes por la noche.
Sé que estoy más cerca de dormir
que de seguir soñando,
y apenas me apetece despertar.
Sé que en mi gusto por encantar
terminé de odiarme,
pues uno se cansa de fingir una realidad.
Sé que esto parece cosa de locos,
como cuando ven bailar los sordos,
pero más extraño sería que lo vieran los ciegos,
y estos, se hicieran los cuerdos,
para impresionar.
Sé que existe el lugar perfecto,
y es lo bonito de las palabras,
que se pueden cambiar.

https://www.youtube.com/watch?v=U6oscGSXdZc

sábado, 15 de febrero de 2014

...

Uno se cansa de levantar barreras sobre trincheras vacías,
y de esperar a que en la próxima parada alguien suelte un "quédate".
Y es que la coraza se nos empieza a quedar pequeña,
y por algún lado empezaría a agrietarse.
Te parecerá ridículo que te envíe cartas con el perfume de nuestra primera cita,
o que al final de cada noche,
sienta la necesidad de descomponerme entre tus sábanas.
Pero que puedo hacerle,
la coraza ya no impide que se nos noten las ideas,
o la falta de ellas,
que cada beso es un tatuaje interior,
y un viaje por los caminos más inhóspitos.
Y será que quiero viajar, perderme y desaparecer,
entre los cuentos que me invento para volver a verte.




Dos puntos

Eran gusanos de seda en el estomago 
que no llegaron a ser mariposas,
principios de dejemos de ser personas, 
que las personas desaparecen.
Eran caricias,
que no llegan a ninguna parte,
y mareos en el vientre.
Eran casualidades que no quise llamar destino,
y números de teléfono que no daban señales de supervivencia.
Un espacio, entre el cigarro de después,
y ese café por la mañana.
Un espacio,
de dejemos que el tiempo nos consuma,
y la suma de dos cuerpos que sudan bajo la misma luna.
Una calle que aún no hemos visitado,
y un tejado, 
que añora los violines que el ruido ha silenciado.
Eran ombligos,
centros del universo,
complejos entre tercios y botellas de ginebra.
Era ese bar,
y la camarera que llevaba la cuenta,
esa cuenta atrás, 
que me hacia llegar tarde,
(hacia ninguna parte).
Un paseo,
y un mercado ambulante,
esa moneda de cambio,
que solo tenía valor contable.
Un par de letras,
que no llegaron a ser palabras,
y esas palabras que apenas pronuncié.
Quizá ni sepa de lo que hable,
aunque suela hablar demasiado.

sábado, 1 de febrero de 2014

Que no se repita la historia

Los cielos grises no acaban,
ahora los llaman los verdes,
azules son los que embargan,
y  dividen esta España.

Vientos del pueblo que nos regresan,
principios de incertidumbre,
que el yugo ahoga incesante
y condena a la servidumbre.

Gritos que no silencien,
al rayo que no cesa,
que entre buitres y cuchillos
solo siembran tristeza.

Guerras y guerrillas,
valentía en las laderas,
puños que labran mi tierra,
libertaria es su bandera.

Unionenses de la sierra minera,
que descansan sin ver el sol
Cartageneros de brutal resistencia,
que lucharon con honor.

Murcianos de dinamita,
nos toca despertar,
vuelan tiempos difíciles,
el pan habrá que sudar.

El futuro desvanece,
pero yo prefiero luchar,
que no se repita la historia
de dejar de respirar.

Jose A. Morales Manrubia
Un loco en la colina