No dejes que nadie te diga lo que no puedes hacer

"Que por más que duela, y con dolor, si vuela, no ha de volver"

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ciego en mi colina.

Con el alma hecha trizas camino sendero arriba
esperando coincidir contigo bajo la misma luna,
en la colina.
Y es allí donde habito loco por tus palabras,
añorando en mi cuerpo tu mirada semidesnuda.

Fuiste mi mejor amiga en noches de desvelo,
sin esperar un "algo más"
intente señales que no quisiste interpretar.
Todas fueron fallidas y hoy te busco en los rincones
en los posos vacíos de las copas de aquel bulevar,
en las demás mujeres.

Y a decir verdad, endeude mi corazón en aquel bar,
en el de las copas cargadas que saciaban mis penas
y sus camareras de besos a pagar.

Trate de cambiar de vida, como de cambiar de cuerpo.
Salí del quirófano medio confundido,
mojada el alma en grados de más, con la mirada perpleja,
la sonrisa operada, todo artificial.

Tú que envidias el amor de los ciegos
por el daño que te hicieron otros hombres.
Yo que se amarte a oscuras,
te pido que me apagues en tu luz.
Ahora soy yo el que te ama
y el que no comprende lo ciega que estás tú.

No me pidas que te olvide, ni mucho menos que te de respuestas,
date por satisfecha si me haces sufrir.
Si no duerme a gusto el día que te veo sin sonreír,
yo que siempre fui alérgico a perder las ganas de vivir.

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