Insomnio es morir entre las sabanas de tu ausencia,
mientras torturo las neuronas que te recuerdan.
Insomnio es escuchar el eco de tu existencia,
entre los silencios nocturnos que me atormentan.
Es perder el tiempo en ver que haríamos con el,
en que invertiríamos la tristeza de tu alma infiel.
Insomnio es perderte sin llegarte a tener,
vomitarte las angustias que no mate al beber.
Mi insomnio es una tortura constante,
ahora llego drogado a casa para no ver despertarme.
No es algo de lo que esté orgulloso,
pero estar despierto me parece más venenoso.
Insomnio es pensar lo caprichoso, que llegó a ser el destino,
cuando entre sueños creí ser tu peregrino.
Hoy solo son lagrimas, vasos de vino,
dudas y ruegos de por qué seguir vivos.
Otorgas fuente de sabiduría,
alas, al inmortal que creía que algún día moriría.
Escribes las más atrevidas poesías,
que amenizan esta larga travesía.
Insomnio...
Es quedarme en blanco en este renglón,
por no hallar la manera de pedirme perdón.
Insomnio eres tú, insomnio eres tú sin ti.
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