Entre jaulas de acero y cristal,
donde silencios se forjan
y no nace ni flor marchita;
Donde dinero hiere
pero no muere,
envenena su metal de cobre.
Donde silencios se compran
y cadenas nos venden,
dioses del metal
aman lo que destruyen.
Jaulas del capital
y ventanas de su publicidad,
que convierten oro en ceniza
y al hombre presa para torturar.
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