Te quiero como si la primavera no se agotase
y nuestros recuerdos no estuvieran escritos,
dejando el azar en las sílabas de tu nombre
y mis manos en el jardín que nos prometimos.
Te quiero para volver despacio
a la noche de aquel último baile,
cuando tus ojos me leían en braille
y el aire de los dos invadía todo espacio.
Te quiero por tu compañía que arropa al silencio
y tu sonrisa risueña anclada en la mía,
calándome los huesos en mis manías
por una despedida que nunca tuvo precio.
Porque te quiero, me asomo a la ventana,
porque esperando no se llega tarde
a un corazón en llamas cuando arde
ni a la caricia de una edad temprana.
Porque te quiero, te pido que te quedes,
para resucitar todas las estaciones
y ponerle tu nombre a mis canciones,
la música que suena cuando me tienes.