Creo que mi amor por ti es como atarme a una soga hecha por mis propios sueños, no se que busco en mi, cerrando el puño, atento contra lo que aún no perdí.
Matadme crueles pensamientos, que ya no hay vuelta de hoja, que fácil seria dejarlo todo atrás inundado en un baño de sangre roja, pero se que aún no ha llegado la hora de pedirle a los Dioses mi mejora.
Remontaré el vuelo, acariciando su areola, atravesando infiernos si por ti fuera necesario.
Despojadme de mis últimos recuerdos si es de ser proletario, apartame la mirada si hablas de tu nuevo propietario, por no tener en cuenta mi sacrificio a diario.
Intuyeme marcharme a las orillas del Amazonas, intuyeme lejos, tan lejos que ni llegue el eco de lo que perdonas.
Escribo confiando en que no me leerás, sabiendo que el destino acertará.
No te pido que me ames como yo te amo, sería como pedir la paz en el mundo, tan solo duerme y piensa en mi en tu último segundo.
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