Ya no busco tu recuerdo entre caladas de humo blanco,
ni prometo sonreír obviando un tiempo intacto.
Dónde fue que tú y yo firmamos este pacto,
de perder la razón bajo sorbos de cianuro.
Donde fui no te olvide, te lo aseguro,
estaba haciendo fuegos que alumbraran un presente oscuro.
Desangrándome en palabras,
escribiendo silencios en los muros de tus espaldas,
o tal vez, quise huir de ti por cortar mis alas.
Pero he decidido cambiar de sueños, pasar página,
y ver como acaba este libro.
Dios dirá si estaba escrito
o tendré que obviar que ignora lo que le suplico.
Y hoy llueve sobre mojado,
besando sobre besado,
que las mayores penas residen en el pasado.
Y hoy, de nuevo, te pido un pasaporte hacia la locura,
por dejar pasar este tren,
que entre espera y espera se me prohíbe volver al edén.
Pero si hay que esperar, esperaré,
simulando con mi corazón un reloj con su constante vaivén,
luchando por ser alguien en tu desorden.
Luchando por morir intactas mis directrices,
luchando por morir entre cicatrices...
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